viernes, 28 de marzo de 2014

UN CIENTÍFICO FRANCES DESTRUYE EL MODELO FORESTAL URUGUAYO

……cuatro empresas concentran 31% de las plantaciones del país, la forestación tiene influencia directa en casi 40% del territorio en Uruguay. “los gobiernos de izquierda no cambiaron las políticas forestales de corte “neoliberal” impulsadas desde 1987

 El bosque y el árbol
ladiaria.com.uy
 “Busco cuestionar la forma en que el tema de la forestación fue construido y agendado en Uruguay”. Pierre Gautreau explica de esta forma el motivo de una investigación que llevó años y se materializó en los últimos días en un libro editado por Trilce, denominado Forestación, territorio y ambiente. 25 años de silvicultura transnacional en Uruguay, Brasil y Argentina.
Gautreau nació en Francia, estudió profesorado de Geografía en la Universidad París 1 y se doctoró en 2006 en la Université des Sciences et Technologies de Lille. Vivió diez años en Uruguay. Actualmente investiga sobre políticas ambientales y acceso a la información ambiental.
En primer lugar, sistematiza cifras que, por ejemplo, arrojan que cuatro empresas concentran 31% de las plantaciones del país y que la forestación tiene influencia directa en casi 40% del territorio en Uruguay. Pero también formula conclusiones en términos de políticas públicas; sostiene que los gobiernos de izquierda no cambiaron las políticas forestales de corte “neoliberal” impulsadas desde 1987. “Estamos mucho más en presencia de la implementación de estrategias de transnacionales que poco tienen que ver con metas de desarrollo, y no en presencia de convergencias con políticas nacionales”, evalúa Gautreau en el libro. El académico entiende que no ha habido cambios ni en las prácticas de regulación ambiental ni en los aspectos redistributivos de la actividad. En cuanto a los estudios de impacto ambiental, considera que se trata más de una voluntad de las autoridades de dar un “sello verde” a las empresas que de controlarlas

“Comparada con la agricultura y la ganadería, [la forestación] se trata de la actividad que menos comparte localmente las rentas que genera, sea por arrendamientos o por articulaciones con otras ramas de la producción”, indica Gautreau en el libro. En entrevista con la diaria, el académico señaló que dentro de la zona franca de Fray Bentos se produce 70% del valor del conjunto del sector forestal, y que Uruguay renunció a cobrar impuestos a esas exportaciones. “Sin embargo, se queda con la contaminación, con los efectos ambientales de millones de hectáreas plantadas que sustentan ese modelo”, afirmó.Gautreau indicó que el sistema forestal celulósico genera en Uruguay 20.000 empleos, lo que representa 8% de la mano de obra agropecuaria. “El tema es que este sector tiene nexos con el resto de la economía que son muy débiles, simplemente porque son empresas muy integradas
verticalmente, que tienen sus campos, sus plantaciones. Y la gente que trabaja con ellos es especializada en el rubro forestal, que trabaja entre sí y que derrama poco”, agregó. A esto se suma que los insumos con los que trabajan estas empresas son “muy especializados”, lo que las lleva a buscar proveedores externos, y a que la mano de obra uruguaya no esté, en general, calificada para las tareas requeridas.
“La silvicultura no es un sector que ofrezca trabajo a gente del campo. Potencia la emigración desde las zonas rurales aisladas, pero refuerza la formación de pueblitos y ciudades pequeñas en el interior. Hay gente que dice que eso es positivo, porque al urbanizarse, la población rural accede a servicios, accede a educación. Uno también podría preguntarse si está bien que el campo esté vacío de gente”, reflexionó Gautreau

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Con el autor del libro, Pierre Gautreau

En pocas palabras, sobre Forestación, territorio y ambiente.

-¿Cómo caracterizaría la relación de los gobiernos de izquierda con la ecología?
-En el semanario Brecha, 15 días atrás, le hacen una entrevista a [el ex presidente del Instituto Nacional de Colonización, Andrés] Berterreche que para mí es un resumen de la actitud de la izquierda uruguaya hacia el medioambiente. Berterreche te dice, por un lado, que el medioambiente lo dejamos para después, porque siempre se arregla.
Es la convicción de que con medidas de compensación y restauración, el medioambiente es algo que uno puede tocar de una forma muy profunda [pero] que siempre se va a recuperar, que no se pueden desequilibrar los sistemas hasta tal punto que no se pueda volver atrás. Esto va en contra de una inmensa literatura científica sobre el tema. Vos llegás a umbrales en cuanto a erosión y en cuanto a pérdida de biodiversidad después de los cuales es muy difícil volver atrás.
Esa posición de decir que todo se arregla es una posición tecnófila, es de una mentalidad neoliberal pensar que mediante tecnologías ecológicas se soluciona el tema. Es grave la permeación de ideales neoliberales o tecnicistas que poco tienen que ver con lo social en cabezas de dirigentes de izquierda.
Lo otro que decía Berterreche es que lo que le importa primero es lo social y la justicia antes que lo ambiental. Eso muestra que la izquierda no toma la cuestión medioambiental como algo que puede ser abordado desde la justicia.
Hoy se sabe que quienes más padecen el deterioro ambiental son las capas de menos recursos en una sociedad. No son las elites en Argentina que son fumigadas de forma regular en las ciudades de la Pampa; es la gente que vive en los barrios periféricos, en los suburbios que están frente a los campos sojeros, la que padece el modelo sojero en cuanto a salud.
Si se hace un balance en Montevideo de quién padece la contaminación del aire y del agua por basura, tenés una relación muy clara con la posición socioeconómica. Y que la izquierda no entienda que el ambiente es también una cuestión social, me parece muy sintomático.
-Por parte de las actuales autoridades se afirma, por ejemplo, que la ganadería contamina más que la forestación.
-Como siempre, estamos hablando de grandes rubros que son diversificados. Si vos comparás la forestación con la ganadería extensiva, claramente la forestación tiene efectos más profundos que la ganadería. Quizá no se puedan medir de la misma forma. Puede ser que la ganadería tenga efectos en la producción de CO2 [dióxido de carbono] que sean mayores, pero en cuanto a impacto sobre el suelo y sobre biodiversidad, claramente la forestación tiene un impacto muy profundo que no tiene la ganadería.
-En el libro habla de una visión neodesarrollista. ¿Cómo la definiría?
-Neodesarrollismo es el conjunto de políticas actuales de los países suramericanos, que por un lado bregan por la vuelta del Estado en la economía, dicen que el Estado tiene que ser un regulador fuerte, pero siguen apuntando al agronegocio. Ésa es una de las contradicciones fundamentales de los gobiernos de izquierda. El neodesarrollismo es hijo del neoliberalismo de los 90.
http://www.fundavida.org.ar/web2.0/2014/03/27/un-cientifico-frances-destruye-el-modelo-forestal-uruguayo/#.UzYfzqh5MxU

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